lunes, 9 de diciembre de 2013

Sembrando desilusiones

El Parque del Alamillo está llevando a cabo la mayor ampliación en sus veinte años de historia. Dicha ampliación contempla un proyecto de huertos urbanos como existen en otros parques de Sevilla. Un servidor al leer dicho proyecto el pasado verano y ver que el plazo de solicitud estaba abierto, no se lo pensó dos veces para apuntarse al programa junto a mi pareja y unos amigos debido a la ilusión que nos hacía y la gran oportunidad que se nos planteaba. Esa ilusión se nos ha desvanecido en las dos últimas semana a pesar de ser adjudicatarios de una parcela, debido a las carencias y falta de seguridad que hay en los huertos. Voy a enumerar por orden cronológico todo lo que nos ha ido desilusionando, las primeras razones no son muy importantes, pero cuando es un cúmulo de despropósitos, todo le parece mal a uno.

Para enterarnos que hemos sido agraciados con uno de los huertos no hemos recibido ninguna información de la organización hasta una semana después de informarnos por la prensa. Desde el programa nos llamaron para comunicarnos que al día siguiente por la tarde tendríamos que acudir a una primera reunión donde se iba hablar del proyecto.

Plano del Parque del Alamillo y la zona de huertos al otro lado de la SE-30
La primera reunión fue más bien un seminario impartido por varios colectivo como el de huertos urbanos de Miraflores o la Red de Semillas, entre ellos. Al final de una jornada interesante se abre un turno de preguntas sobre el funcionamiento de los huertos que era lo que a todos los presentes nos interesaba. Esperábamos mi compañero hortelano y yo conocer in situ el terreno destinado para la actividad agrícola, pero no fue así. Entre los allí reunidos habían personas que si habían estado en el lugar y empezaron a plantear cuestiones sobre los inconvenientes que presentaban los naranjos ubicados en las parcelas y la seguridad de la zona. Desde la organización nos dicen que los naranjos no es problema alguno y que la seguridad es el gran talón de Aquiles de todos los huertos urbanos existen, avisándonos de la gran probabilidad que existe de sufrir robos.

Valla perimetral del parque en la zona próxima a los huertos
El segundo día de reunión de los huertos fuimos convocados los adjudicatarios en tres días diferentes para recibir el primer de taller de formación. Yo asistí al del pasado jueves impartido por Miguel Portillo, ingeniero agrónomo y agricultor. Antes de empezar el taller surge una nueva ronda de preguntas al coordinador del programa y al director del Parque del Alamillo allí presentes. La primera de todas las sorpresas es que nos muestran en un plano del parque la zona destinada a los huertos, provocando de nuevo una gran preocupación por la seguridad entre los hortelanos. Al director del parque se le pregunta si es posible cambiar el vallado de esa zona por uno de barrotes como en el resto del parque y la contestación es que no es solución ya que los cacos son capaces de saltarse cualquier cosa por robar. Ante la indignación de los presentes nos comunican que unas de las caracolas asignadas para guardar los materiales ya ha sido forzada aun estando vacía. Desde los hortelanos le proponemos soluciones, siendo estas contestadas diciendo que los huertos serán vigilados igual que el resto del parque por los vigilantes.

Durante el taller de aprendizaje por Miguel Portillo, ajeno a la organización, procedemos a trasladarnos a las parcelas. Allí vemos como las parcelas solo son separadas del parque por una valla de un metro, y divisamos la presencia de personas robando naranjas por la zona. La indignación nuestra aumenta y vemos como existen parcelas ocupadas por más de un naranjo, siendo estas impropias para un buen cultivo debido a la sombra que producen. A todos los presentes nos surge en ese instante muchas dudas incapaces de aclarar debido a la falta de presencia de la organización. Los comentarios entre los presentes es de desilusión por la falta de seguridad y la ubicación de las parcelas.


El pasado viernes asistimos todos los integrantes de mi grupo de hortelanos a la zona para tomar una decisión y contemplamos como de nuevo los naranjos próximos son recolectados por transeúntes de la zona. Esta semana deberíamos firmar el contrato de concesión de los huertos y se nos asignaría la parcela, pero desde nuestro grupo hemos renunciado debido a la falta de seguridad y planificación por parte de una organización que nos ha decepcionado de la misma manera que consiguió ilusionarnos con el proyecto allá por mes de agosto.

En este proyecto de huertos urbanos pude presenciar en primera persona como se promete algo desde la administración y se hace con muchas deficiencias. Quedando demostrado que el fin para ellos es la foto o salir en las lineas de los periódicos inaugurando algo sin importar si está bien hecho o no.
Parcela invadidas por naranjos

Parcela con la única vaya que los separa de la zona de transito cercana

Caracola para guardar materiales sin protección alguna

Caracola forzada sin contener nada en su interior

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